“Educar es sacar lo mejor de una persona”

A continuación elaboro un breve comentario sobre la entrevista realizada a Saturnino de la Torre, Catedrático de Didáctica e Innovación Educativa en la UB, por el periódico La Vanguardia.
Bajo mi punto de vista, ésta es la frase que lo define todo. Educar no significa atosigar al niño con numerosos conocimientos teóricos de los que, posiblemente, ni siquiera pueda sacar un uso práctico para su vida diaria, educar es ofrecer al niño una serie de conocimientos, valores, habilidades, etc. que le permitan crecer intelectualmente y como persona pero que, sobre todo, le permitan sacar eso que le hace especial, eso que le hace ser único, aquello de define su personalidad.
Nuestro deber consiste en formar una persona capaz de aprender y capaz de sentir. Una persona que, por supuesto, tenga conocimientos, habilidades y destrezas en matemáticas, lengua, conocimiento, inglés. etc. pero que a la vez sea capaz de sentir, de abrirse a sus compañeros y compartir con ellos lo que sabe… Para ello, como bien dice Saturnino de la Torre (con el que estoy totalmente de acuerdo), debemos generar confianza en las aulas, es decir, que el niño no tenga miedo de abrirse a sus compañeros, de exponer sus conocimientos, de hablar en alto, de asumir retos, de querer descubrir nuevos conocimientos por sí solo, en definitiva que los niños sean creativos y que se den cuenta de que tienen numerosas capacidades que pueden hacerles especiales.
Además debemos creer en ellos, creer en sus capacidades, en sus ganas de aprender, de conocer, de investigar, de crear nuevas cosas, y estimular esos sentimientos y esas ganas que les llevan a hacer todo esto. Si creemos en ellos, conseguiremos que sus compañeros crean en ellos y que, por lo tanto, ellos crean en sí mismos y vean en esta forma de trabajo numerosos aspectos positivos que le motivarán a la hora de aprender y trabajar.
En mi opinión, es esto último lo que debemos promover, es decir, que el alumno se sienta bien y a gusto mientras que aprende. De esta manera conseguiremos que educar y aprender no sea algo aburrido, sino todo lo contrario. Además, para ello, es necesario que, como dice Saturnino de la Torre, nos fijemos en los sentimientos y las emociones de nuestros alumnos.
"Niño creativo, ni feliz" (Lorraine C. Ladish)

No hay comentarios:
Publicar un comentario